Abrazar el momento: Mi laboratorio de creaciones fotográficas
El estudio es mi laboratorio de creaciones fotográficas. Algunas recetas decido no modificarlas por dos razones: por un lado, quiero que mi trabajo sea sencillo y reconocible a través de la repetición -puede parecer familiar o repetitivo, pero siempre es nuevo para mis clientes-. Por otro lado, es una forma de centrarme en lo que realmente importa: la persona (o personas) fotografiada. Este enfoque me permite dirigir toda mi energía al momento presente, guiando a mis clientes a ese lugar extraordinario en el que están libres de juicios.
Como ya mencioné en entradas anteriores del blog-El poder de la atención y No me gusta que me hagan fotos-estar plenamente presente es vital para el proceso. Lo que a menudo nos aleja de esa presencia es el juicio y el miedo. Me explico: la mayoría de los miedos son creados por uno mismo y, en el caso de la fotografía, es el miedo a "no ser lo suficientemente bueno". Puede sonar profundo y psicológico, pero en realidad es bastante sencillo. Cuando alguien te apunta con una cámara, es como mirarte en un espejo, salvo que no puedes verte a ti mismo. Empieza un diálogo interior: "¿Qué aspecto tengo? ¿Están captando mi lado bueno? ¿Tengo bien el pelo? ¿Debo sonreír? Todo ese pensamiento te aleja del presente y disminuye la imagen final.
Esta observación inspira todo mi enfoque. Creo un espacio en el que puedes estar presente, sentirte escuchado y descubrir la sencillez de tu propia belleza: la conexión emocional en el aquí y ahora.
Lo verdaderamente profundo, en mi opinión, es reconocer cómo estas capas de diálogo interno pueden robarnos lo que es más importante en la vida. Para mí, se trata de comprender que la fotografía no es algo "no esencial" (como la calificó el gobierno canadiense durante la pandemia) , sino un camino genuino y esencial hacia una vida más plena y una conexión más fuerte con nuestro yo superior, algo que me esfuerzo por poner de manifiesto cuando te fotografío a ti y a tu familia.
