Orillas sagradas y marcos que se desvanecen: Una peregrinación romaní a través de las polaroids

Cada mes de mayo, el pueblo romaní, a menudo conocido como el "pueblo viajero", realiza un emotivo viaje al pueblo de Les Saintes-Maries-de-la-Mer, en la región francesa de Camarga. Se trata de una peregrinación de fe, comunidad y patrimonio en la que se reúnen para celebrar a Santa Sara y a las santas Marie-Jacobe y Marie-Salome. Estos santos tienen un profundo significado en la cultura romaní, y Santa Sara, en particular, es venerada como la sacrosanta, la protectora del pueblo romaní.

La leyenda habla de un viaje milagroso que tuvo lugar hace siglos, un relato entretejido en la propia identidad de esta peregrinación. Tras la crucifixión de Jesús, las mujeres de la Sagrada Familia, incluidas las madres de los discípulos, huyeron de la persecución en Tierra Santa. Sin nada más que fe, se hicieron a la mar en una barca sin vela ni remos, confiando en la guía de Dios. Fueron arrastradas por las mareas hasta las costas de Francia, donde desembarcaron cerca de lo que hoy es Les Saintes-Maries de la Mer. Hoy, estas costas están llenas de fieles y curiosos, reunidos para honrar a Santa Sara y esta increíble historia de resistencia y devoción.

Honrar a Santa Sara

Una historia increíble de resistencia y devoción.

Capturar la fe a través de la Polaroid: Abrazar la imperfección y la emoción

En 2012, me propuse capturar este viaje a través de una lente única: las cámaras Polaroid y la película Impossible Project. Mi objetivo era sencillo pero profundo: utilizar la sencillez y la inmediatez de la fotografía Polaroid para evocar las emociones intemporales de este ritual, en lugar de quedarme atrapado en la precisión técnica. Cada fotograma sería un poema visual, que capturaría los momentos a medida que sucedieran, una especie de flujo de conciencia que fluiría con la propia peregrinación.

Las polaroids, con su espontaneidad y sus imperfecciones ocasionales, eran el medio perfecto. Cada foto se convertía en un pequeño misterio que sólo se revelaba tras el revelado, a menudo con matices inesperados que añadían capas de significado. Algunas imágenes presentaban fugas de luz o ligeros cambios de color que, lejos de restarles importancia, realzaban la sensación de intemporalidad, haciéndose eco de la imprevisibilidad y fidelidad del viaje original de Santa Sara y las santas mujeres.

La fugacidad del momento

Trabajar con película Polaroid presentaba sus propios retos, pero estos obstáculos formaban parte del atractivo. La película es sensible a la luz y hay que protegerla mientras se revela, lo que supone un equilibrio cuando se dispara continuamente entre una multitud. Cada fotografía debía tratarse con cuidado, igual que cada peregrino de la procesión trataba sus estandartes y símbolos de devoción. Este ritmo de crear, proteger y revelar se sintió como un acto simbólico, reflejo de la fragilidad y la fuerza de la propia fe.

Una ventana a lo sagrado y lo personal

En última instancia, esta peregrinación capturada con Polaroid es una meditación visual sobre la fe, la comunidad y la cultura. Mi esperanza es que estas imágenes hagan algo más que transmitir una escena; quiero que inviten al espectador a vivir la experiencia. Cada imagen es una invitación a explorar el misterio y la belleza de esta tradición centenaria y, tal vez, a inspirar a otros a buscar estas historias de primera mano. En cierto modo, cada fotografía es como una pequeña oración, en honor a la historia, la espiritualidad y la resistencia del pueblo gitano y su viaje.

A través de estas Polaroids, espero compartir una pequeña parte de lo que hace que la peregrinación a Les Saintes-Maries-de-la-Mer sea tan profunda: la creencia de que incluso los viajes más sencillos, cuando se hacen con fe, son nada menos que extraordinarios.

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